Eric MASSOLDER

Eric Massholder nació en 1960 en Heidelberg, en el suroeste de Alemania. Es un artista y pintor contemporáneo que vive y trabaja en la Costa Azul.

En su juventud, Massholder descubrió lo que él llama «la alquimia de la pintura» y se interesó por el arte de diferentes culturas. Viajó y estudió en Marruecos, Sicilia, Grecia, Turquía e India, una experiencia que influyó profundamente en su obra.

Su estancia en Francia comenzó en casa de su abuela materna, en la Costa Azul, y la región se convirtió en el centro de su vida en 1981, año en que comenzó sus estudios en la Villa Arson de Niza. Entre 1987 y 1989 permaneció en París gracias al marchante Frédéric Nocera, que le proporcionó un estudio y un piso en Vaugirard. Durante este tiempo, tuvo la oportunidad de trabajar con Anne Lettrée antes de regresar al sur de Francia.

Massholder se inspira en los artistas de principios del siglo XX y en los grandes maestros como Van Gogh, Picasso y Dalí, estableciendo constantemente nuevas conexiones entre ellos. En sus propias palabras: «Quería darle a Picasso la mano de Dalí. Este deseo es la fuerza de mi obra».

Massholder domina diversas técnicas, desde la pintura a la escultura, pasando por el dibujo y el grabado, y desarrolla una gran variedad de estilos en su obra, desde el primitivismo al surrealismo. De ascendencia franco-alemana e italiana, debe su expresionismo a su padre alemán, su impresionismo a su madre francesa y su amor por el Renacimiento a su abuelo florentino.

Su obra revela un universo original, extraño y fascinante que se reinventa constantemente mediante el uso de una paleta variada y diferentes técnicas como el óleo, el pastel y la tinta.

En las obras de Massholder, sus anhelos, miedos y sueños cristalizan en una serie de temas muy diferentes. Estos temas recurrentes adoptan la forma de signos simbólicos y alegóricos, como el triángulo, el sol, la luna, el pez, el pavo real, la pirámide y la esfinge. Se alude a la vida y la muerte en forma de huevos y calaveras. De este modo, Massholder construye un verdadero vocabulario iconográfico que aborda las tribulaciones de la sociedad y en el que sus imágenes resuenan como proverbios. El tiburón, que equipara la voracidad del mundo de los negocios con el poder sexual, y el monstruo del dólar, que denuncia el mortífero mundo de las finanzas internacionales, son ejemplos perfectos.

A lo largo de su carrera, Massholder ha desarrollado varias series basadas en personajes históricos, lugares de culto o textos literarios importantes. Se inspira en las cartas de Vincent van Gogh a su hermano Theo, en el histórico Monte Verità y en obras como la Divina Comedia de Dante, la Ilíada y la Odisea de Homero o La serpiente verde y el hermoso lirio de Goethe.

Sus obras se han expuesto en varias ciudades europeas: Heidelberg, Berlín, Fráncfort, Múnich, Núremberg, Bruselas, Gante, Lausana, Venecia, París, Estrasburgo, Niza y Mónaco. En 1997 ganó el Premio Especial del Jurado en el Festival de las Artes de Montreux. Sus lujosas ediciones limitadas de ilustraciones de cartas de Van Gogh se encuentran en los archivos de museos de renombre como el MAMAC de Niza y el Centro Georges Pompidou de París.

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