Ivo SALIGER

Ivo Saliger nació el 21 de octubre de 1894 en Königsberg-Wagstadt, Moravia, y falleció el 14 de enero de 1987 en Viena. Fue un pintor y grabador austriaco que ocasionalmente utilizó el seudónimo de Ovidio Seralgi.

Saliger descubrió su pasión por el arte en su juventud. Después de que su familia se trasladara a Olomouc, recibió sus primeras lecciones de pintura y más tarde asistió a escuelas de gramática en Olomouc y Viena. A partir de 1908, Viena fue su residencia permanente. Allí comenzó sus estudios en el Graphische Lehr- und Versuchsanstalt con Ludwig Michalek y los continuó de 1912 a 1917 en la Academia de Bellas Artes de Viena con Rudolf Jettmar y Ferdinand Schmutzer. Ya en 1913, Saliger presentó su obra en varias exposiciones, entre ellas la de la Künstlerhaus de Viena.

Tras finalizar sus estudios, Saliger trabajó brevemente como ayudante de Michalek en el Graphische Lehr- und Versuchsanstalt. Posteriormente vivió como artista independiente en Viena. En 1930, continuó sus estudios en la «Academie moderne» de París para perfeccionar su pintura al óleo y la representación del desnudo femenino. Sus obras fueron muy apreciadas tanto en Viena como en París y Graz, y en 1933 recibió la medalla de la ciudad de Graz por su cuadro «Morgenbad».

Saliger se afilió ilegalmente al NSDAP en 1936 y se convirtió en miembro regular en 1938. Sus cuadros fueron muy populares entre los nacionalsocialistas y se expusieron en las Grandes Exposiciones de Arte Alemán entre 1937 y 1944.

Poco se sabe de la obra artística de Saliger después de 1945. Murió en 1987 en Viena o posiblemente en Bad Goisern y fue enterrado en el cementerio de Hernals.

Saliger era conocido por sus representaciones de desnudos femeninos y cuadros de grupo, así como por sus paisajes y retratos. Algunas de sus primeras obras muestran temas médicos, posiblemente influidas por la leucemia de su hermana. Más tarde, se basó a menudo en escenas de la mitología grecorromana, incorporando elementos modernos que conferían a sus obras un efecto desconcertante. Sin embargo, su estilo pictórico se volvió débil y su paleta de colores comparativamente apagada cuando se plegó a las normas estéticas de la política artística nazi e ignoró los logros del modernismo.