Jakob Edwin Bachmann

Jakob Edwin Bachmann nació en Zúrich el 18 de agosto de 1873, hijo de un respetado abogado y conocido penalista. Pasó sus años escolares en Zúrich, pero su inclinación hacia la creatividad se hizo patente muy pronto, lo que le llevó a aprender el arte de la litografía. Tras completar su formación, viajó y encontró trabajos que se adaptaban a sus dotes artísticas. Como entusiasta admirador de las maravillas de la naturaleza, pasaba cada minuto libre en renombradas academias de arte de Leipzig y Múnich. Más tarde enriqueció sus conocimientos pasando temporadas en París, donde estudió pintura y dibujo en la École des Beaux-Arts.

A su regreso a Suiza, se casó con Pauline Leonhard y fundó una familia. De este matrimonio nacieron sus hijos Gertrud, Edwin Paul y Edwin Karl. Al mismo tiempo, asumió la dirección de la prestigiosa empresa Pfister+Meier de pintura decorativa y teatral en Richterswil, mientras dedicaba cada vez más tiempo a la pintura en su vida privada. Copió cuadros de maestros famosos, realizó retratos de difuntos a partir de fotografías para clientes y acabó desarrollando su propio estilo, que abarcaba paisajes, bodegones y escenas religiosas.

En 1913 recibió el encargo de pintar cuadros sacros para la nueva iglesia de Richterswil, lo que aumentó aún más su reconocimiento artístico. Durante la Primera Guerra Mundial, sus actividades artísticas se vieron interrumpidas por el servicio militar, y el cierre de la empresa Pfister+Meier debido a problemas de suministro desde el extranjero agravó su situación financiera. La muerte de su primera esposa, Pauline, en 1915, y la consiguiente crisis creativa le llevaron a ser conocido como el «Bachmann gris», ya que sus cuadros mostraban ahora poca luz y tenía que luchar con dudas interiores.

Un año después de la pérdida de Pauline, Jakob Edwin se casó con la enfermera Fanny Flütsch, con la que tuvo cinco hijos: Hans, Walter, Werner, Hermann y Rudolf. Inspirado por su segunda esposa, Bachmann se dedicó por fin a la pintura después de la guerra y se trasladó a Weesen con su familia, donde exploró la naturaleza y los paisajes montañosos de los alrededores del lago Walen y los plasmó en lienzos. Su interés por las personas y los animales le llevó a dedicarse intensamente al retrato y la pintura de figuras.

En 1923 encontró trabajo en la empresa Alois Eberhard, Theatermalerei, Weesen, donde pudo seguir desarrollando su creatividad artística. Su familia y la pintura eran su propósito en la vida, y cada vez era más apreciado por sus habilidades como retratista. En 1929, la familia se trasladó a Pfäffikon, en el lago de Zúrich, donde Bachmann continuó sus actividades artísticas y muchas de sus obras fueron enviadas a todo el mundo como postales.

En 1940 sufrió un nuevo revés con la muerte de su segunda esposa, Fanny. Vivió y trabajó solo hasta 1947, cuando se trasladó con su hijo Werner y la familia de éste a Freienbach SZ. Pintó intensamente en su caballete hasta 1952 y finalmente murió en enero de 1957 a la edad de 84 años. Encontró su última morada junto a su esposa Fanny en el cementerio protestante de Wollerau.

Jakob Edwin Bachmann dejó tras de sí un impresionante legado artístico y fue homenajeado póstumamente en exposiciones conmemorativas, incluida una en Pfäffikon/SZ en 1985. Fue padre de Edwin Paul Bachmann, Edwin Carl Bachmann y Hermann Bachmann, así como abuelo de Ursula, Werner y Anna Maria.

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